La necesidad de llevar a cabo una transición a las energías renovables ha puesto de manifiesto que tenemos la obligación de gestionar con eficiencia nuestros recursos. Existen ejemplos muy concretos, como la energía solar agrovoltaica, que supone una oportunidad para aprovechar los recursos al máximo posible.

La energía solar agrovoltaica nace como una forma de instalar paneles solares sin afectar a la calidad del suelo, aprovechando la superficie para cultivar y de paso favorecer la biodiversidad. Es, además, una fusión perfecta entre dos procesos que se compatibilizan perfectamente y se benefician mutuamente.

NARA SOLAR SE INCORPORA A LA ASOCIACIÓN AGROVOLTAICA FRANCESA

Nara Solar Francia, desarrollador de grandes proyectos renovables en toda Europa y, desde 2019, miembro del Sindicato Francés de Energías Renovables se ha unido a la Asociación Agrovoltaica Francesa.

“Nuestra organización, Nara Solar, ya participaba en diferentes comisiones como las de tecnologías o etiquetas dentro de la organización agrovoltaica; por eso, ahora que el desarrollo de proyectos con un doble uso del suelo, con la introducción de actividades agrícolas o ganaderas en terrenos usadas para producir energía renovable, está en auge hemos querido dar el paso”, comenta Rodolphe de Téglassy, director de Desarrollo de Nara Solar Francia.

Según estudios, las oportunidades que supone la agrovoltaica para la agricultura y la transición energética han provocado que en los últimos años se haya desarrollado mucho la tecnología y que, por tanto, se hayan multiplicado los proyectos de agrovoltaica en todas las regiones del mundo. Prueba de ello es que, en países líderes en energías renovables como China, este tipo de instalaciones han adquirido especial relevancia.

Nara Solar, por su parte, cuenta con una amplia experiencia desarrollando proyectos de este tipo. Como apunta Yago Acón, CEO de Nara Solar: “el desarrollo de centrales agrovoltaicas es ya uno de los ejes centrales de la estrategia de Nara Solar, también en España y Países Bajos”.

Por este motivo Nara Solar puede celebrar que la Asociación Agrovoltaica Frances haya decidido dar el salto y confiar en su experiencia y garantía de calidad. Para la empresa, esto supone un avance en la dirección adecuada y un impulso para la actividad que desarrolla.

Es además una apuesta inteligente debido a que la agrovoltaica aprovecha las superficies a la vez que aumenta la eficiencia de ambos procesos. Por un lado, crece la producción de energía solar, al reducirse la temperatura de los paneles mientras que estos, por otra parte, ejercen como barrera para los efectos climatológicos adversos, protegiendo los cultivos.

Quizá por ello, la agrovoltaica sigue sumando adeptos. También es probable que la gran cantidad de informes que se han realizado sobre esta técnica -que fue desarrollada en 1981 pero que no se popularizó hasta 2012- hayan influido a que se consolide la idea de que este tipo de instalaciones permiten optimizar el rendimiento del suelo.

En definitiva, con la integración de Nara Solar en esta organización todo apunta que pronto llegarán más proyectos de este tipo para su división en Francia. Algo que se ha recibido de forma muy positiva.