La dependencia energética puede definirse como la cantidad de energía primaria que un país necesita importar para poder abastecerse, ya sea en forma de calor, electricidad o para el transporte. Por lo tanto, hablamos de la dependencia que tiene un país del exterior para poder obtener toda la energía que este consume.
LAS RENOVABLES, LA GRAN APUESTA CONTRA LA DEPENDENCIA ENERGÉTICA
España está viviendo un boom de las energías renovables que apunta hacia 2030 con un objetivo ambicioso: que el 42% del consumo de energía final del país y el 74% de toda la generación eléctrica sean de origen renovable. Lo que implica poner en funcionamiento 60.000 MW de energías limpias a lo largo de una década.
La dependencia energética del exterior de nuestro país se sitúa en aproximadamente un 73-74%, considerándose como uno de los países de la Unión Europea más dependientes energéticamente hablando, ya que la dependencia energética media de la UE es de un 53%.
Una alta dependencia energética, supone grandes consecuencias como:
- La inestabilidad en el suministro energético: ya que la dependencia de otros países para la obtención de parte de la energía consumida por un país puede generar alteraciones en el suministro energético ya que este no está únicamente bajo el control del país importador.
- Las afectaciones a la economía: debido a que la dependencia energética del exterior provoca que la economía sufra las fluctuaciones continuas del precio de la energía, lo que genera inestabilidad en el coste energético. Como consecuencia, esta dependencia energética puede desencadenar un déficit en la balanza comercial de los países.
Por lo tanto… ¿Son las energías renovables la solución para conseguir nuestra independencia energética?
Las renovables tienen un papel cada vez más destacado como fuente de energía limpia para los consumidores y también como barrera de contención frente a la situación geopolítica internacional y la volatilidad de los mercados de materias primas fósiles, además, uno de sus principales beneficios es la autonomía energética.
Las renovables son ilimitadas y mejoran la calidad del aire y por tanto la salid y calidad de vida, permitiendo conseguir un mercado energético menos volátil y con mayor estabilidad en los precios.
Y por nuestra parte… ¿Qué podemos hacer para reducir el consumo de combustibles fósiles?
- Usar el transporte publico o la bicicleta en lugar de coche.
- Reutilizar y reciclar los envases y evitar lo de plástico.
- Comprar comida y ropa que sean orgánicos, para evitar que lleven materiales derivados del petróleo.
- Cambiar a energía 100% verde y renovable.
Para reducir la dependencia energética, está en nuestras manos impulsar el uso de energías renovables como la solar, la hidráulica y la eólica.