El próximo domingo 29 de marzo se realizará, como es habitual el cambio de hora al horario de verano. Los relojes tendrán que ajustarse y a las 2:00 horas pasarán a ser las 3:00 horas, es decir, los relojes se adelantarán una hora.
VERDAD O MITO EN EL AHORRO ENERGÉTICO DEL CAMBIO DE HORA
Desde el año 1940, en España se realiza un cambio de hora dos veces al año. Pero… ¿Habrá un cambio definitivo? Por el momento no parece que este vaya a ser el último cambio, ya que el Gobierno ha fijado el inicio y final del horario de verano hasta 2026.
El cambio de hora tiene como objetivo ajustar la jornada laboral con las horas de luz diarias, de forma que se aproveche más la luz natural y se produzca un ahorro energético. Este cambio corresponde con el principio de la primavera, cuando los días comienzan a ser más duraderos y las temperaturas más altas dando paso al verano. Ahora bien, ¿El cambio de hora consigue ahorro energético?
Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el cambio de hora permite reducir en un 5% el consumo eléctrico en luz, lo que equivale a 300 millones de euros al año, entre viviendas y empresas. Para que se produzca es necesario prescindir de la iluminación artificial cuando no sea necesaria y hacer un uso inteligente de los equipos que consumen energía, como por ejemplo la calefacción, los electrodomésticos…
Existen teorías que defienden y afirman que el cambio horario tiene efectos positivos en función del clima, pero, por otro lado, hay hipótesis que afirman que el cambio de hora tiene efectos negativos sobre la salud de las personas al afectar a su estado de ánimo.
Como hemos mencionado, por el momento, el cambio de hora se va a seguir manteniendo, pero para ahorrar energías podemos seguir por nuestra cuenta algunos consejos como:
- Utilizar bombillas led de bajo consumo, ya que a largo plazo siempre compensa elegir este tipo de iluminación por su duración y por la diferencia de consumo.
- Comprar electrodomésticos eficientes de bajo consumo y utilizar programas ecológicos.
- Mantener la casa a una temperatura adecuada. Por ejemplo, instalando un termostato que regule la temperatura de la calefacción evitando los cambios bruscos de temperatura.
- Aislar bien el hogar para mantener el calor o el frio, ya que gran parte de las necesidades de calefacción de una vivienda se deben a pérdidas de calor, principalmente por puertas y ventanas.
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