Un sistema solar fotovoltaico es capaz de producir electricidad renovable a través de la radiación solar. Los componentes de su instalación son muy importantes ya que ponen en marcha su sistema de funcionamiento. Uno de los elementos más importantes, así como indispensables para su funcionamiento, son los paneles solares.
LOS ELEMENTOS DE UNA INSTALACIÓN FOTOVOLTAICA
A la hora de llevar a cabo una instalación solar existen determinados componentes que son necesarios para aprovechar la radiación del sol y captar el máximo de energía solar.
Placas solares.
Las placas solares son evidentemente imprescindibles en una instalación fotovoltaica. Son las encargadas de captar la radiación solar y de transformar la energía solar en electricidad mediante el efecto fotovoltaico. Se forman por la unión de varios paneles y dotan a la instalación de la potencia necesaria. Cuanto mayor sea la demanda de energía, mayor número de paneles solares serán necesarios.
Las placas solares están compuestas de unos pequeños elementos llamados células fotovoltaica. Las células fotovoltaicas más habituales son de silicio y se pueden dividir en tres subcategorías.
- Células fotovoltaicas de silicio monocristalino.
- Células fotovoltaicas de silicio policristalino (con un rendimiento mayor).
- Células de silicio amorfo (son las menos eficientes).
Inversores.
Son los encargados de convertir la corriente continua en corriente alterna y son indispensables en cualquier sistema de placas solares. Los inversores almacenan información sobre la producción fotovoltaica, consumo de red y estado general de la instalación, siendo los responsables de que se pueda monitorizar toda esta información.
Hay varios tipos de inversores que se califican en función de sus características y son imprescindibles tanto para instalaciones solares fotovoltaicas conectadas o aisladas, como si son sencillos o con otras funciones como la de carga o regulación.
Estructuras y soportes.
Las estructuras y soportes son los dispositivos que permiten anclar las placas solares en el tejado y poder sacar el máximo rendimiento a la instalación con la orientación e inclinación adecuada. Estos sistemas suelen estar fabricados con materiales metálicos muy resistentes, para que puedan soportar la acción de los diferentes agentes meteorológicos.
Reguladores de carga.
Son el punto de unión entre los paneles solares, las baterías y el resto de los componentes fotovoltaicos. Se encargan de administrar la energía con eficiencia, permitiendo que el sistema y las baterías no se sobrecarguen, así como que se puedan descargar por la noche. Cuentan con una capacidad de corriente máxima en amperios que garantiza una carga adecuada, al tiempo que asegura un óptimo suministro eléctrico.
Existen dos tipos de reguladores, los MPPT y PWM. La elección de uno u otro depende de cómo sea el tipo de instalación solar y del uso que se vaya a hacer de la misma.
Baterías o acumuladores.
Las baterías para placas solares tienen la función de almacenar la energía durante un periodo de tiempo, proporcionar la potencia instantánea elevada y fijar la tensión de trabajo de la instalación. Ya que la energía del sol no llega de manera uniforme, sino que depende de la duración del día, de las estaciones del año o de la nubosidad en un momento determinado, se utilizan las baterías para almacenar la energía en aquellos momentos en los que no llega la radiación solar.
La tecnología fotovoltaica es una gran fuente de energía renovable y su estado de madurez es tan elevado que se podría plantear como alternativa a la energía eléctrica de manera tradicional.
Descubre más sobre las energías renovales en nuestra sección de noticias.