La Inteligencia Artificial tiene actualmente un papel fundamental en la transformación del modelo energético. Esta nos permite hacer algo que nosotros no somos capaces de hacer: manejar grandes cantidades de datos que, además han de tratarse de una forma lógica y razonable. ¿Y en el terreno de la energía en concreto?
EL SECTOR ENERGÉTICO APROVECHA EL POTENCIAL DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Actualmente, nos encontramos en plena transición hacia un sistema energético sostenible. La mayoría de los países no están reduciendo sus emisiones lo suficientemente rápido, por lo que la integración entre las energías renovables y las redes inteligentes es fundamental.
Las energías renovables como la eólica y la fotovoltaica serán mucho más eficientes en un futuro con la aplicación de la Inteligencia Artificial (AI). Ya son muchas las empresas energéticas que están comenzando a aplicar la Inteligencia Artificial y el Machine Learning para herramientas de control en la demanda y producción de las energías renovables.
La energía solar y la eólica están ligadas a los factores climáticos para generar energía renovable. Esto condiciona la productividad de la energía, pero con la IA nos podemos anticipar a la bajada de la producción eléctrica con la demanda de consumo para estabilizar la cantidad de energía disponible en el sistema. ¿Qué conseguimos con ello? Evitar cortes o escasez de suministro eléctrico en momentos y lugares puntuales donde no es posible cubrirlo todo solo con energías renovables. Estos dos tipos de energías serán las más beneficiadas por el uso de la IA en la gestión de la red de producción energética.
En el año 2021, el Foro Económico Mundial, publicó un informe titulado Harnessing Artificial Intelligence to Accelerate the Energy Transition (“Aprovechar la inteligencia artificial para acelerar la transición energética”) donde se explica que el sistema energético mundial está experimentando una transformación masiva y, que en las próximas décadas, se consolidará un proceso de descentralización, digitalización y descarbonización.
Gracias al Big Data y al análisis de datos, podemos predecir con hasta 36 horas de antelación en qué zonas geográficas bajará la producción de energías renovables y donde tendrán lugar esos picos de demanda adicional.
Al incrementar el despliegue de energía renovable para descarbonizar el sector, se va a suministrar más energía a través de fuentes interminables como la solar y la eólica, lo que creará la necesidad de una mejor previsión, una mayor coordinación y un consumo más flexible. Con la IA lograremos identificar patrones y comportamientos más precisos, por lo que juegan un papel crucial a la hora de acelerar su rendimiento. La IA ha demostrado ser un elemento clave para hacer que las instalaciones sean más eficientes, inteligentes y capaces a la hora de activar la transición energética.
El futuro de las renovables con la Inteligencia Artificial es prometedor y aunque todavía es limitado lo podremos ver pronto en proyectos a largo plazo.