La nevera y el congelador son de los electrodomésticos que más energía gastan en una casa. Aunque la temperatura ideal puede variar en función del tipo de alimento que se almacene y las preferencias personales, saber identificarla es fundamental para ahorrar energía.

LA TEMPERATURA ADECUADA PARA AHORRAR EN LA FACTURA

La temperatura ideal de la nevera es entre 3 y 4 grados Celsius, aunque dependerá de la capacidad de la nevera. Cuanta más vacía esté menos frio necesitará y a la inversa. Mantener la nevera a esta temperatura ayuda a prevenir el crecimiento de las bacterias y garantiza que los alimentos perecederos se conserven de manera segura.

En cuanto al congelador, la temperatura recomendada es de -18 grados Celsius. Es importante asegurarse de que el congelador está lo suficientemente frio para garantizar que los alimentos congelados se mantengan en buen estado y seguros para su consumo a largo plazo.

¿Qué recomendaciones puedes tener en cuenta para ahorrar energía usando tu nevera y congelador?

  • Evita abrir la puerta innecesariamente: cada vez que abres la puerta de la nevera o el congelador, entra aire tibio, lo que requiere más energía para volver a enfriar el interior. Trata de abrir la puerta solo cuando sea necesario y sé rápido al hacerlo.
  • Descongela el congelador regularmente: si se acumula hielo en el congelador, este debe descongelarse para mantener su eficiencia. Un congelador con hielo acumulado consume más energía.
  • Mantén los sellos de la puerta en buen estado: los sellos de goma de las puertas de la nevera y el congelador deben estar en buenas condiciones para evitar fugas de aire frío. Si los sellos están dañados, reemplázalos.
  • Fíjate en la etiqueta energética: un punto que influirá directamente en el ahorro energético es la etiqueta energética. Hasta 2021, podíamos ver en las etiquetas de los electrodomésticos: A+++, A++, A+, A, B, C, D. Pero, desde marzo de 2021, se ha modificado, para que el usuario tenga más claro qué electrodomésticos son más eficientes: A, B, C, D, E, F, G. De esta manera, lo que antes equivaldría a una A++, se convierte en una B.

Al seguir estas pautas, puedes mantener la seguridad de tus alimentos y al mismo reducir el consumo de energía de tu nevera y congelador.

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