Desde que ha comenzado el verano, en España estamos viviendo semanas de olas de calor con máximas históricas. Esto se debe a que el cambio climático está haciendo que cada vez la temperatura de la Tierra aumente de un año a otro. Las temperaturas extremas están provocando daños no solo en la salud de las personas sino en el medio ambiente con incendios y tormentas y en los sistemas fotovoltaicos, ya que estos no producen más energía cuando hace calor.

EL RENDIMIENTO DE LAS PLACAS SOLARES CON EL CALOR

Se piensa que los paneles fotovoltaicos generan más energía cuanto más calor hace, pero eso es totalmente falso.  Esto de debe a que las placas solares fotovoltaicas producen energía gracias a la luminosidad y no al calor. De hecho, las altas temperaturas afectan de forma negativa al rendimiento de estas. ¡A las placas solares no les sienta bien el calor!

Las placas solares, para producir energía necesitan radiación solar, que no es lo mismo que temperatura ambiente. Por lo que es posible tener una buena radiación solar sin temperaturas excesivas. En la temporada de primavera, por ejemplo, las placas solares funcionan de forma más eficiente que en verano, ya que hay una radiación solar de buena calidad y la temperatura es más suave.

La potencia pico de una placa solar es la máxima potencia eléctrica que se puede generar. Solamente ahí, es cuando se obtiene el 100% del rendimiento las células fotovoltaicas. Tan solo veremos desarrollar el 100% de la producción en días soleados de invierno, es decir, si instalamos 100 Kwp en paneles solares lo normal será que solo en días soleados de invierno se llegue a esa producción pico.

Como hemos visto, con el calor la producción disminuye. La mayoría de los fabricantes afirman que a 40 grados, el rendimiento del panel solar suele estar por el 80% de rendimiento. La temperatura ideal para que la producción sea máxima se sitúa entre los 20 y los 25 grados.

Algunas recomendaciones que podemos seguir para una buena gestión en una instalación fotovoltaica para evitar problemas son las siguientes:

  • Instalar inversores y monitores para evitar sobrecalentamiento de la instalación.
  • Dejar espacio entre los paneles y la superficie, ya que hará que haya más ventilación y no absorban el calor directamente.
  • Utilizar láminas de distribuciónsobre el panel, estas hacen que se distribuya la temperatura sobre un punto específico.
  • Utilizar paneles con refrigeración, ya que pueden aumentar la eficiencia un 20%.

Sin duda, las sucesivas olas de calor que estamos viviendo en nuestro país, hacen estragos perjudiciales durante su paso, incluso en los sistemas fotovoltaicos.